Con el tiempo la piel y todos los tejidos del cuerpo sufren modificaciones que conllevan al envejecimiento natural. Con la aplicación de nuestros propios factores de crecimiento presentes en nuestras plaquetas, podemos reducir y atenuar estos cambios.
Su uso en medicina estética está orientado para el tratamiento de rejuvenecimiento de la piel y sobre todo en el área facial, escote y manos; también contempla su uso en el tratamiento capilar, enfocado básicamente en la renovación, proliferación y diferenciación celular durante el ciclo de crecimiento del cabello.
El objetivo es revitalizar los tejidos donde se aplican, al estimular la producción de colágeno, elastina y matriz epidérmica, lo cual se va a reflejar en una piel fresca, tersa y con mejor turgencia.
Se recomienda la aplicación del plasma autólogo a partir de los treinta años aproximadamente, edad en aparecen los primeros estigmas del daño producido por el sol y los signos de envejecimiento van siendo visibles.
El número de sesiones es variable y está en función de la edad y el grado de “envejecimiento” encontrado, de las características de la piel; pero se suele recomendar al menos 3-4 sesiones continuas, cada mes, y luego dependiendo como es la evolución en el tiempo se recomienda 1 sesión cada 6, 8 o 12 meses.